Donnerstag, 11. September 2008

Card Identity

Desde que estoy en Dinamarca, siempre ando con la cartera tan llena que casi no la logro cerrar. Pero no es que tengo demasiados "Kroner" (la moneda nacional, immune a la introducción del Euro), sino que cargo un montón de tarjetas plásticas que me dan: la primera que me dieron fue en la Escuela de Periodismo, donde me tomaron una fotografia digital y a los 5 minutos me dieron mi primera tarjeta de identidad danesa: que soy estudiante de la Danmarks Journalisthojskole.
No se quedó en una tarjeta no más: tengo otra que me identifica como estudiante de la Aarhus Universitet, otra que me da permiso para usar la Statsbiblioteket, la biblioteca universitaria. Y no puede faltar la tarjeta de la biblioteca municipal, la tarjeta para sacar copias, la tarjeta para pagar en el supermercado. Estoy segura que cuando me inscribo a un gimnasio, me darán otra tarjeta. Al final de mis 4 meses en Dinamarca estaré registrada en numerosas barras de códigos electrónicos.
Solo la tarjeta más importante aun me falta: la tarjeta con el número CPR. Es la primera palabra que he aprendido en Dinamarca: obtener un número CPR. Es algo como tu confirmación de que puedes acceder a los servicios que el Estado danés provee para sus ciudadanos, como la salud, los libros, el deporte, el curso de aprender danés...... Sin número CPR uno es sea turista, o un ilegal, o simplemente no es.

Solo falta que alguién me regale una tarjeta de crédito con una cuenta llena de "kroner". Pero hasta este punto de generosidad ni la sociedad danesa ha llegado.

Samstag, 6. September 2008

Tillid - confianza

La biblioteca municipal de Arhus es como un lugar de refugio para gente del lugar igual que para extranjeros, para viejos y jovenes. Aqui uno puede venir a leer periódicos de toda Escandinavia y de unos cuántos otros países más, uno puede consultar o escoger libros de todo índole, igual que DVD y música. Uno puede consultar gratis su correo o surfear en el Internet, y todo esto en un ambiente tranquilo y muy agradable. Las amables bibliotecarias danesas te ayudan a encontrar lo que buscas y, esto si, mantener cierto grado de silencio. Además: puedes prestar libros , DVD y CDs y llevarte las a la casa. En principio por un mes, pero lo puedes prolongar. Solo escoges el libro del estante, pasas tu tarjeta bibliotecaria por un escáner y recibes una confirmación con la fecha en la que tienes que devolver el libro. Cuánto pagas ? Nada
Para recibir la tarjeta bibliotecaria, es suficiente mostrar algún documento de identificación, como un pasaporte extranjero o una tarjeta de identidad danesa. No es una biblioteca para estudiantes y profesores universitarios. Puedes ser maestro, estudiante, ama de casa, carpintero, camarero o desempleado, danés o extranjero; ni siquiera te preguntan si sabes leer : con tal que tengas un documento válido, te puedes llevar la cantidad de libros que quieres.
"Y cómo sabe que la gente devuelva los libros ?", le pregunto a la bibliotecaria con la cara paciente de profesora de primaria. "Bueno, tenemos un sistema de multas, que es hasta 220 Kroner con 4 semanas de mora", cuenta ella. "Y si alguien no devuelve el libro ?". "Entonces se notifica a la oficina estatal de cobranza", dice Lisa, la bibliotecaria. "Pero, si todos o la mayoría se quedarían con sus libros en la casa, o las venderían, qué podría hacer ?" Lisa me mira con incredulidad. "La gente sabe y entiende que esto es un servicio para ellos, y omitiendo las reglas se harían danho a si mismo".

Dentro de unas semanas, me va a parecer de lo mas normal poder usar el servicio de la biblioteca municipal. Pero mirándolo globalmente, no tiene nada de normal. Mi gran asombro cuando me dieron mi primera tarjeta bibliotecaria, me recuerda que la falta mayor que padecemos en muchos países, también en el Perú, no es solo la falta de recursos o la falta de educación: es la falta de confianza en la gente con las cuales compartes una ciudad, un pueblo o solo un barrio. La falta de confianza de que si a tu vecino le prestas un libro, él te lo devolverá.

Montag, 1. September 2008

Miradas de buhardilla






He cambiado mi azotea limenha en un día de invierno limenho por la mirada desde una buhardilla del quinto piso de una casa de ladrillos rojo. Abro la ventana y me ciega lo verde, después de haberme acostumbrado a ver solo panzos de burros. Miro al parque universitario, con los edificios de las distintas facultades de la universidad de Arhus. El cielo - muchas veces nublado, pero las nubes pasan rápido, y de vez en cuando le dejan espacio al sol. Muy de vez en cuando, para decir la verdad. Los días con lluvia no escasean. Arhus es ciertamente una ciudad ganará con el calentamiento global.